domingo, 21 de febrero de 2016

RECUPERANDO LA FELICIDAD

"Se desliza por las barandillas de las escaleras de su casa. Feliz, caminando hacia delante, sale, se va para no volver nunca. Una vez fuera, piensa, se detiene y deja que la brisa recorra todo su cuerpo para poder captar la melodía del aire al pasar por esa ciudad. Se deja llevar por su imaginación. No muy cerca debe de haber una casa en venta. Irá a por ella para salir de su vida pasada, de su entierro psicológico, para renacer y poder empezar de nuevo. Sentía como el pensamiento navegaba por su cabeza, sin rumbo alguno, flotando en la nada... y sin salir de él. En fin, se pone a caminar, y cuando llega el momento en el que siente que hay que girar, gira y cambia de dirección. Abre los ojos para observar las casas y descubrir si alguna está en venta. La respuesta es... no. No está en venta, nunca lo estará. 
Se hace tarde, es casi la hora de cenar y él sin encontrar una casa en venta. Así que empieza a correr para liberar energía, enfado, para liberar esa ira que le corroe por dentro. Una ira envenenada, ardiente, incipiente... Por fin encuentra un parque, y se deja caer en un banco, derrotado, rendido, sin posibilidades, sin nada. No tiene familia, no tiene recuerdos merecedores de ser recordados, y sobre todo, no tiene amor. Pero, sin embargo, un día decidió que viviría y que saldría, y salió del armario. Salió para confiar en su esperanza, en ese atisbo que le quedaba; pero, ahora, estaba derrotado, sin sentir el peso de su cuerpo, flotando en el aire, rezando "tierra trágame". 
Esperando horas infinitas de soledad a que una oportunidad vienese... Hasta que cayó en la cuenta  de que tenía que seguir buscando... para encontrar... Si no, no sería nadie. Así que se puso manos a la obra. En plena noche, empezó a pasear por las calles de su ciudad, a un ritmo ligero, para no coger frío, y sin observar, simplemente mirando hacia las calles, para ver si le daban una segunda oportunidad. Llegó un momento en el que no podía más; tenía hambre, sed, frío, cansancio, le faltaba de todo, hasta autoestima... No podía más, ahora de verdad. Así que rendido se sentó y suspiró viendo las estrellas. 
-¡Quiero una casa en venta!
Le salió un sonido, ¡le salió voz! Tan cansado y era capaz de hablar. Así que decidió no rendirse, decidió que todo era posible. Se levantó a duras penas, y empezó a cantar. Se acordaba de la letra de una canción - o igual se la estaba inventando, pero se acordaba -. Estaba recuperando la felicidad.  
Él no sabía que yo lo estaba espiando. Él no sabía nada, no sabía que no necesitaba una casa en venta, no sabía que eso no existe, que las casas en venta son casuales. Pero un día se dio cuenta y retrocedió hasta que me vio y me gritó:
-¡Quiero una casa en venta! 
- La mía está en venta, aunque temporalmente.
Y así, ahora me tocaba a mí recuperar mi felicidad, tal y como lo había hecho él."     


jueves, 18 de febrero de 2016

EL REENCUENTRO

"Ayer. Él y yo. De nuevo. Después de casi ocho meses sin vernos... nos vimos. Yo lo busqué, y yo lo encontré, pero él me vio y él tiró de la cuerda para hablar conmigo. Él se acercó y nosotros conversamos sobre mi vida. Yo le expliqué y él me escuchó. Al final, él me dio su correo electrónico, y yo me lo apunté. Él se tuvo que ir, y yo me fui y le envié un correo. Y reflexioné y concluí que ese había sido el día más feliz de mi vida."

miércoles, 13 de enero de 2016

LA NOSTALGIA, EL ECHAR DE MENOS ¿QUÉ SON?

"Te echo de menos. No hay manera de quitarme tu retrato de mi mente, pero tampoco es que me apetezca. Sólo sé que me encuentro mal psicológicamente por no verte, por no sentirte, por no estar sentada a tu lado. Pero, por otra parte siento que te tengo cerca, que sé que te veré, que sé que si quiero puedo pensar en nuestro recuerdo, que sé que el recuerdo esencialmente es el mismo, que eso no va a cambiar por mucho que no vivamos en la misma ciudad. 
Me gustaría volver al pasado, pero sé que eso no va a ocurrir porque no existe la máquina del tiempo, porque no sería lo mismo, y porque quiero que el pasado se quede como está, sin cambios. Sé que tengo que vivir el presente, pero estoy viviendo en el pasado y en el futuro, y eso es por no verte, de nuevo. Te necesito, te necesito ver, no te tengo a mi lado y yo estoy mal por ello. Llevo mucho tiempo viviendo infelizmente sólo porque no te veo y no hablo contigo, y lo intento superar, pero hay algo que me lo impide. Y pienso descubrirlo, pienso descubrir qué me estoy dejando por el camino y voy a volverte a ver, porque necesito hacerlo, necesito estar bien."

Escribo esto para reflexionar sobre la nostalgia. ¿Qué es el echar de menos? ¿El no sentirte a gusto porque te falta una persona, aunque sepas que realmente está en alguna parte de esa ciudad? ¿El no poder ser feliz porque la nostalgia involuntaria te lo impide? ¿Qué es todo esto? No me sirve como respuesta "así es la vida", o "qué se le va a hacer". Yo quiero una respuesta, porque no la encuentro, no sé como se puede vivir equilibrado emocionalmente con ese sentimiento de nostalgia, si esa nostalgia ya te desequilibra. No sé cómo puedes dejar de pensar en esa imagen que te hace sentir deprimido, melancólico, etc. ¿Con el tiempo, quizá?

domingo, 11 de octubre de 2015

¿QUIÉN ERES? ¿REALMENTE ERES TÚ? ¿O ESCONDES SER TÚ?

A veces me pregunto qué hacer en el día a día. Supongo que para responder a esa pregunta hace falta tener un proyecto para llevar a cabo la respuesta. Puede parecer un cuento de hadas, puede ser que no seamos las personas que nos gustaría ser, porque simplemente somos nosotros, somos como somos. También puede ser que continuamente te estés autojustificando, porque no valoras la importancia de tus palabras, porque no sabes lo importante que eres. A veces cuesta creer quién eres de verdad, pero tú eres el primero que te tienes que saber aceptar, si no el mundo que te rodea te empezará a rechazar. No importa tanto quién te quiera o si le gustas a alguien como aceptarte ti mismo. Ser la persona que deseas es un sueño que está fuera de tu alcance. Ser la persona que escondes, que apartas del mundo: esa es la persona que está a tu alcance. No vale un rechazo sin apenas intentar vivir tu vida siendo tú mismo. 

viernes, 2 de octubre de 2015

NOSTALGIA REVOLUCIONARIA

Puedo ver que estoy fuera, que no me tengo en pie. Puedo verme cantar en un auditorio, sin público, sólo yo y la música. Puedo ver como las personas que parece que no viven, viven de verdad. Me he dado cuenta de que conseguir tu sueño es fácil, pero demostrar que lo has conseguido... Ahí está.

No pienso en lo bien que me lo estoy pasando con la gente que convive ahora mismo conmigo, si no pienso qué bien me lo estaría pasando con la gente que no tengo en este momento, bien porque las añoro, bien porque me hace daño no estar con ellas. 

Lo echo de menos, mucho de menos. Se trata de la persona que me cambió la vida, de la persona que me ha hecho crecer personalmente. Y me siento culpable por no estar con él en este momento, ya que podría estar ahora con él perfectamente, pero por una decisión de mi vida ya no estoy con él... Y lo peor es que no sabré si estaré más tiempo con él. La vida es larga y seguro que me lo encuentro, pero me podría morir mañana perfectamente y eso me atormenta... Quiero conversar con él cuanto antes...

¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué? Fue una decisión que yo tomé por propia iniciativa, porque me apetecía. Me sigue apeteciendo, pero me gustaría hacerlo con las personas que quiero. Quiero seguir aquí porque no puedo renunciar a la vida, porque no puedo irme así, sin más... Y sobre todo sin despedirme de él... Lo encontraré, por mucho que no tenga su contacto. Lo encontraré, estoy segura. Y le diré que lo quiero. Le diré lo que le tengo que decir. Pero necesito encontrarlo...

domingo, 30 de agosto de 2015

VAMOS DE BLANCO Y DE NEGRO

Mis colores preferidos siempre fueron el blanco y el negro, porque combinan muy bien entre ellos siendo tan opuestos. ¿Alguien se ha imaginado un mundo en el que encajen tan bien dos personalidades tan diferentes? Pues, señores y señoras, esta combinación está por todas partes. Sin irnos más lejos: el papel. El papel es blanco, pero necesitas tinta negra para escribir un libro. O por ejemplo la pizarra, que con sólo una tiza blanca se pueden divisar las letras escritas. ¡La tiza amarilla ya no es lo mismo! Es clara también, pero leyendo las letras te confundes más a menudo. Hazedme caso, no hay dos colores que encajen tan bien como el blanco y el negro. Ambos se pueden comparar con esos momentos en los que nos gusta llevar la contraria, o como dice la canción de Malú: "... tú dices blanco, yo digo negro...". Las teclas de mi ordenador, que estoy utilizando ahora mismo, son negras, pero para que se vean con claridad las letras se tienen que escribir con tinta blanca. ¡Nada de amarillo! 

El negro me inspira seguridad. Pues, ¿por qué en el cuaderno del instituto escribo la teoría y los enunciados en azul y las respuestas en negro? El negro nunca se equivoca. ¡El blanco es todo lo contrario! Ahí prima la originalidad. Te dan una hoja en blanco y tú puedes escribir lo que quieras, cómo quieras, dónde quieras o incluso no escribir nada. O, vámonos, por ejemplo, a los trajes de oficina. Pantalones negros, con camisa blanca, corbata negra y chaqueta negra. ¿Qué sería de ellos si esa camisa fuese negra o amarilla? Si fuese negra seria demasiado serio, y la gente tendría miedo metiéndose en esos trajes, no los querrían comprar; si fuesen amarillas daría la sensación de que están sucias, de que necesitan un lavado, pero no, son así. Nadie las compraría. Y ahora viajemos al mundo de los abrigos. Da absolutamente igual que sea blanco o negro, porque los dos se manchan; el blanco de negro y el negro de blanco. ¡Son dos colores que se llevan tan bien! ¡Están por todas partes juntos! ¡No hay nadie que los separe! 


Una última observación: los dálmatas.

lunes, 17 de agosto de 2015

MEMORIAS DEL RECUERDO

No te imaginas lo agobiante que es tener la sensación de estar muriéndote por dentro, debido al recuerdo. Piensas que no eres nadie, que eres una persona insignificante que no sirve para nada, por mucho potencial que tengas, ya que no eres reconocido por nadie, simplemente porque tú piensas que te han olvidado. Lo peor es que es sólo una sensación, no es un sentimiento realista, tú eres el que te montas todas esas historietas porque crees que te estás muriendo. Incluso crees que estas palabras serán tu apocalipsis, porque te imaginas que no sirven para nada, que nadie las escucha, que nadie quiere escucharlas. Y lo más importante: que a la gente le da igual lo que ronde por tu cabeza. No importa quién seas, porque nadie te quiere, ni tus padres. Escribes con muchas comas y puntos, sin puntos y coma, sin tu habitual formalidad porque sigues pensando que no sirves para nada. ¡¡¡Para nada!!! Que la proposición"no hay nada" carece de sentido, porque quiere decir "hay algo", de manera que la oración tendría que ser "hay nada", pero entonces ya hay algo. Y piensas que significan lo mismo... Y piensas que te rayas, que esos puntos suspensivos que has escrito anteriormente significan la muerte, la extinción de tu memoria, de tus recuerdos. Tienes miedo de olvidar tu pasado, de enfrentarte a la realidad, porque te espanta la situación actual, aunque no sea para tanto. 

Y el sujeto no eres tú, sino yo. No eres tú porque estoy hablando de mí, de lo que me pasa. Deseo que la gente gaste cinco minutos de su vida en reflexionar sobre ella. ¿Qué pasa? ¿Por qué los acontecimientos tienen que tener un final? ¿Por qué no son eternos? La vida también es finita. Y cuando llega el final de ese momento, te da rabia, quieres revivir, pero es imposible, porque no existe la máquina del tiempo. Y está bien que no exista, no hace falta que nos metan más locura social... Sufres, y sólo quieres desaparecer, pero piensas en la persona que te cambió la vida y en la posibilidad de poder volverla a ver, saber que por fin has encontrado a uno de tus veinticinco "amarillos", saber que nada está perdido, porque lo puedes volver a observar, como hacías en ese recuerdo... Sólo siendo conscientes de ello ya se ilumina una esperanza en tu memoria que te anuncia que hay una pequeña probabilidad de que ese encuentro aleatorio se produzca, en el que dos cuerpos se encuentran casualmente, destinados a esa aparición en el mismo sitio. Entonces llega el momento en el que te despiertas psicológicamente y te animas afirmándote: "Da igual que no te recuerden, porque estamos tú y yo, y la persona que te cambió la vida. Porque sabes que yo te quiero y que esa persona daría su vida por ti."