domingo, 31 de mayo de 2015

UN SÓLO MONÓLOGO, UNA SOLA COMPRENSIÓN

"No sé qué decir. Es que es muy raro. No me quiero dejar llevar pero lo hago sin querer. Y decir que esto iba a ser imposible. No quiero que me salgan las palabras. Qué elocuente, ¿no? Qué elocuente... Es imposible... dejar de pensar. Es... es increíble. Sinceramente icreíble. Te sumerges en el escondite de las palabras y todo deja de tener sentido. Son como ideas que fluyen de la inconsciencia. Pero aquí estás, yendo de un lado a otro. Sin parar, estás actuando... estás actuando... No eres tú, eres otra persona. No quieres ser tú, solo tu corazón te presiona. No quires ir más allá, pero te parece magnífico que tengas que hacerlo. No piensas, no dices nada. Te quedas mirando la luna pasar. Te quedas mirando la tierra del mar. Estás increíble, bella como una flor imperial. Y buscas las palabras, pero todo es automático. Y buscas el fondo del pozo, y todo te parece auténtico. Y veo el flexo de mi habitación que me alumbra, que me ciega, que me deja sorda. Y yo quiero, es que quiero volar. Pero no puedo, soy incapaz. Lloro hasta no poder aguantar, el ahogo de mis palabras, porque se cruzan entre sí para no oirme sollozar. Y yo no quería que apareciesen lágrimas de mis ojos, yo quería sonreír porque lo veía necesario para vivir. Pero ahora lo entiendo, sólo soy una más, y no soy importante, porque... Me desvanezco, no tienes ni idea de lo que siento. Me dejo llevar, aunque no tiene sentido. Las palabras me arrebatan la consciencia. Miro el horizonte como si no tuviera una sombra para dormir, para descansar, para maullar, para suplicar... ¡Para morir! ¡Para morir! ¡Para morir! Para morir... Para morir... Para morir... Y muero, pero me late el corazón... Y siento, pero es que ya no soy yo... Han pasado tantos años que bostezo para refrescarme el cerebro. Y yo te quiero, pero tengo que irme, me muero... ¡Me muero! ¡Me muero! No tiene sentido, nada de esto tiene sentido, pero es importante, ¿no? Ser la esclava de tus palabras, sin ni siquiera pensar en tu pasado, porque te sientes triste, te sientes agotada, no piensas en nada, ya todo te da igual. Te sientas en la silla y miras hacia el cielo con una mano preparada para irte allí, al infierno. Porque yo he sido mala, he sido muy mala, no me merezco esta vida, no me la merezco. Necesito consuelo, y el único que me pertenece es la muerte, el único que me pertenece es la muerte. Y yo estoy aquí tecleando como una idiota, porque me han hehco esclava de mis palabras. Me han robado todo, pero nada. Bostezo, bostezo mucho, pero no me puedo concentrar. Necesito agua, sí, agua. Necesito agua... ¡Joder! ¡Necesito agua! Es que me muero de verdad... Pero no tengo, no tengo dinero, me lo han quitado todo, no me han dejado con algo, nada... Me lo han quitado todo... ¡No tengo algo! ¡Tengo nada! ¡Tengo nada! ¡¡¡Tengo nada!!! Bueno, sí, algo: la subconsciencia. ¡La subconsciencia! ¡¡¡La subconsciencia!!! Pero también me la robaron, soy una desgraciada... Inútil, perversa, carcomida, asquerosa, imbécil, asesina... Asesina, asesina de mí misma, porque no me dejo ni una. Yo misma me mato, me suicido, me quiero morir... ¡Me quiero morir! ¡Me quiero morir! Pero no tengo el valor de hacerlo, porque no puedo, soy demasiado cobarde. Y aquí estoy, estoy muriéndome, porque no puedo más con la vida. Ya he visto demasiado, ya he soñado demasiado, pero nada, es decir, todo... nada... todo... nada... todo... ¡Me vuelvo loca! ¡¡¡Loca!!! Me quiero morir... No soporto esta vida, no soporto que me manipulen, me quiero morir, joder, me quiero morir... Pero soy cobarde y no soy capaz de coger una pistola y matarme, suicidarme, no tengo los huevos para hacer eso. ¡Sigo viva! ¡¡¡Es que sigo viva!!! Viva de aburrimiento, porque me muero por dentro. No tengo vida, pero estoy viva. No sé cual es mi destino, pero seguro que no es algo bueno. ¿Dónde vivo? ¿¿¿ Dónde cojones vivo??? No lo sé... Pero no vivo, eso lo sé... No sé nada, eso lo sé... No sé algo, eso lo sé... Y cada vez sé más, pero no me basta... Yo quiero una vida real, no una vida sin... Te quiero, eso también lo sé. Ya me estoy calmando, llena de lágrimas, presa en mis palabras, ya te tengo, quiero olvidar, quiero soñar, quiero volver a nacer... ¡No quiero esperanzas! Eso me abruma, quiero dormir, y me duermo... Estoy borracha, muy borracha, quiero... No lo sé. Me tambaleo en la silla, no quiero tener miedo, pero te tengo tengo miedo, a la vez que te quiero... Te quiero... Te quiero... ¡Joder! ¡¡¡Que te quiero!!! ¿No lo has oído? ¡¡¡Te quiero!!! Te quiero... Te quiero... Te quiero... Adiós, me voy de la vida. Pero te quiero, y mucho... Te quiero mucho... Se me cortan las palabras... Te quiero... Te quiero... No me cansaré de repetirlo... Te quiero, pero me voy, lo siento. No aguanto más esta vida... ¡Joder! ¡No la aguanto! Te lo juro, me pego un tiro, me lo pego, te lo prometo. ...¡Pum! Ya me lo he tirado, me muero, me muero, me muero... Pero vivo... Soy cobarde, me lo he tirado en la imaginación... Ahí estoy muerta y aquí no. Me merezco estar muerta, porque lo maté. ¡Estaba loca! ¡¡¡Estaba loca!!! Gritaba mucho, él gritaba mucho y yo lo mate... La culpa es mía, porque lo maté. La culpa es toda mía. No soy responsable de mis acciones, porque sé que prima la subconsciencia, ¡pero lo maté! Y fui consciente de ello, así que una parte de mí lo sabía. Y no me merezco morir, no me lo merezco, pero yo quiero, para castigarme. ¡Porque me exijo mucho! No me gustaría volver a fallar. He recobrado el aliento y no, no me voy a matar, tonterías, solo escribo esto para desahogarme, porque lo necesito y mucho. Pero esto sí que es verdad: te quiero."

MI PASIÓN POR LA LITERATURA

Mi pasión por la literatura... ¿Alguna vez he hablado de ello? Puede que no, porque he tenido muchos cambios de opinión sobre mi futuro, sobre el destino de mi vida, los estudios, etc. Mi vida ha cambiado radicalmente este año (pasar de física cuántica a filología hispánica, telita), pero por fin he elegido un rumbo. Ese es el de la Lengua y Literatura. ¿Por qué elijo ese camino? Muy sencillo. Hace poco descubrí la escritura y me he dado cuenta de que un mundo sin palabras no se puede comprender. A veces sobran las palabras, pero otras faltan. ¡Pero hay que saber hablar bien! 

El tema del WhatsApp es muy discutible, pero cuando estás en algún sitio en el que tienes que utilizar un lenguaje formal, tienes que tener esa habilidad. La necesitas para dar buenas impresiones y para mostrarte una persona culta. Por eso me gusta, porque el lenguaje nos enseña a hablar como es debido y la literatura nos muestra escritores de siglos anteriores con un habla diferente, o en el que las palabras se ordenaban de manera distinta a la de ahora. Pero eran personas que sabían hablar bien, muy bien. Y puede que la mayoría reflexionasen sobre el amor, la sociedad (sobre todo en época de guerra), el dolor, la muerte, la vida, pero siempre, siempre, lo hacían con un lenguaje culto, formal. Y yo creo que se les recuerda por eso, por su forma de escribir y de hablar. Talento... ¡Claro que había talento! 

A parte, de lo que me doy cuenta es de que solo nos han resaltado a los hombres, siendo que hubo mujeres muy buenas, también. Aunque quizá no llegaban a alcanzar esa grandeza, esa destreza, desdén para escribir. Pero bueno, ya sabéis por qué me gusta la literatura, es mas... por qué me apasiona.

jueves, 28 de mayo de 2015

LA LLAMADA DEL CIELO


Me cuesta respirar. No siento los ojos, ni la boca. Estoy vendada. No recuerdo nada, pero me han esposado. Tengo las venas a punto de reventar a causa de la presión de las esposas, las cadenas… No veo lo suficiente como para distinguirlas. Necesito tiempo, un tiempo infinito para situarme en la realidad que me envuelve. Necesito datos concretos para situarme en el espacio. No significa que me encuentre fuera de él, significa que me han robado los recuerdos; ellos… sean quienes sean pero ellos. Estoy en una habitación desamueblada, tan desamueblada que se pueden notar las manchas de sudor que una vez desprendieron los muebles que habitaban en esa habitación. La habitación es muy grande, muy espaciosa, llena de reverberación pero con la ausencia de las palabras. Solo estamos yo y ella, inerte, sin vida, deshabitada pero existente. Necesito un rato para pensar, no puedo vivir así. Necesito quitarme las esposas, lo que sea, pero tengo que abrir los ojos, no puedo seguir de ese modo. Los abro, hay mucha luz y me ciega. Poco a poco me voy acostumbrando y veo… soledad, sí, soledad. Esa es mi única visión. Fuera hay una recepción y un cartel, en el cual hay impresas unas palabras que no consigo descifrar porque están del revés, solo les veo la sombra.

Deduzco que es de noche, me doy cuenta de que no hay nadie. Más soledad, más miedo, más hambruna, más aburrimiento. En la habitación no hay nada, solo estoy yo, atada con unas esposas; porque sí, son esposas, ya las he visto. Todo está vacío, inhóspito. Me dirijo a la puerta que me protege del exterior e intento abrirla, sin hallar apenas resultado. Tengo hambre y me faltan fuerzas. No puedo hablar, pero puedo ver… no quiero dormir. Todo menos dormir y que el miedo se arrebate de mí. Empiezo a andar sin ton ni son hasta llegar al cansancio y al hastío. No soporto no recordar mi pasado. ¿Qué me han hecho? Vale, tengo que dormir, la noche se me pasará más rápido.

Cuando me despierto y abro los ojos me da la sensación de que no estoy bien. Ahora veo la habitación de color negro. Las cadenas ya no están, me dirijo a la puerta y se abre. Sigue sin haber nadie, pero consigo salir del edificio. Cuando llego a la calle descubro en un reloj que es pronto, demasiado pronto. Son las siete de la mañana. El cartel que vislumbré por la noche decía lo siguiente: “Psiquiatría.” Vale, alucino en colores. Que yo sepa no estoy loca. Sigo sin recordar nada. Y el día avanza y yo no sé a dónde ir. No sé quiénes son mis padres, si es que tengo. Ni sé cómo me llamo. Ya te digo, me han robado los recuerdos. Sólo recuerdo lo que pasó ayer en la habitación.
Ya sé cuál es mi destino: “La habitación.” Consigo volver y me duermo. Cuando despierto resulta ser amarilla y cuando lo vuelvo a hacer se convierte en azul y roja, una mezcla. Y me empiezo a desvanecer. Me toco el corazón y no me late. ¡Me muero! ¡Me muero! Y me caigo redonda al suelo, cerrando los ojos, diciéndole adiós a la vida. No sé ni cuántos años tengo pero no tengo arrugas: soy joven. Me muero pero me despierto de verdad y el corazón me late. Esta vez estoy rodeada de seres humanos impacientes por saber mi estado vital. La habitación era la misma, pero verde. Me dicen:
- No pasa nada, ya estás de vuelta. Ya estás en casa.

miércoles, 27 de mayo de 2015

UN POCO DE... DA IGUAL

Hoy nos volvemos filosóficos. La verdad es que el disfraz es un artefacto imprescindible en la vida. ¿Por qué? Sirve para camuflarte de las personas que no quieres que te conozcan. Hay gente en este mundo que, por alguna razón, no nos cae demasiado bien -cada cual con la suya -y por eso necesitamos ese margen, ese límite que indique nuestra separación. Pero, al margen de esto, no hay que olvidar el prejuicio que tan malo sabe a los criticados. El hecho de que exista esa acción muchas veces nos puede llevar al conocimiento impreciso de las cualidades que nosotros les atribuimos a esas personas que nos resultan perjudiciales -si esta es la palabra adecuada -para nuestro modo de vida.

Esta reflexión nos lleva de nuevo a la poesía, la cual me encanta tanto, peor hoy prescindiré de ella. Me voy a ceñir más en el relato, ese cuento de apenas extensión que tiene intensidad en apenas unas cuantas palabras. (Ahora viene la parte de que ese significado sea el nacional y no el mío, el propio.) Aquí viene mi segunda invención prosaica Un poco de... Da igual. :

"No solía verme con rodeos, pero esta vez estaba un poco preocupada. No sabía por qué, pero algo me decía en mi interior que algo no iba bien. ¿El qué? No tenía ni idea, pero sabía que algo no podía estar yendo bien. Estaba en mi casa tumbada en el sofá releyendo uno de esos libros que te sabes de memoria por las repeticiones, pero que no dejan de gustarte. En este caso se trataba de la literatura, de Miguel de Unamuno, uno de mis autores preferidos de la generación del 98. Me encanta su atribuición de nivolas, porque me parece acertada, pero, por otra parte, veo que sus novelas si que tienen acción. Aunque sus libros tienen algo en especial. Eso sí que es cierto. Bueno, esa vez yo estaba leyendo el libro a la vez que le hechaba un ojo a mis sentimientos, pues era de extrañar una preocupación como aquella.

Mi padre había muerto psicológicamente, pues ya no me reconocía, pero se comportaba como una persona normal. A ver, mi nombre lo sabía, se dirigía a mí, pero había muerto. Creeme que había muerto. A mi madre aún la podía sentir, pero se estaba yendo también. Y no me digas que no te lo crees porque no tienes otra opción. No lo puedo demostrar, lo siento. No tenía hermanos, estaba más sola que la una. Y mis relaciones sociales no eran muy buenas, para rematar. Era de esas chicas que sacan buenísimas notas en el instituto a causa del aburrimiento infernal, pero ese es otro tema. En las clases me acoplaba bien, no tenía problemas con los compañeros, todos me respetaban. Como una más. La soledad venía cuando llegaba el recreo, pues no tenía a nadie a quien acudir. Por eso me gusta leer, porque me evado de la situación que hay en mi casa y no me siento sola.

Al menos tengo la sensación de que los personajes de los libros me entienden, pero eso no es suficiente, porque fuera de ellos hay una realidad. Y Unamuno me gusta por su originalidad. ¡Por fin! Alguien que no sigue la moda y que aparenta ser diferente. Ese es otro de mis puntos débiles, el ser diferente. Lo soy conscientemente porque me gusta, me hace sentir bien; la moda no me atrae, sobre todo porque es un mundo en el que todas las personas son idénticas. ¡Por favor! Ya de paso que hagan clones o algo. A parte de esto, otro de mis hobbies es estudiar literatura y actuar. El lenguaje también me deja muda, pero se entiende demasiado bien aunque tiene sus excepciones y sus retillos. Pero yo quiero objetivos reales, en los que merezca la pena esforzarse. Actuar es... actuar. Actuar es actuar. No hay más misterio, si fueses actor lo entenderías.

No solía verme con rodeos, pero ese día me extrañé. Cuando volví a mi cuarto y vi que las cosas estaban ordenadas de otra manera me sorprendí. No había notas por ninguna parte, ni señales ni nada. Tampoco echaba de menos algo. Intenté actuar como si no hubiera pasado nada. Era de noche, así que cené lo primero que pillé y me fui a dormir. Mis padres tienen turno de noche, así que prescindo de ellos por las noches, cosa que me hace sentir bien. Me dormí y por la noche no noté nada. Supongo que no noté nada porque no estaba ocurriendo nada. Simplemente mi madre habría desordenado todo.

Cuando me desperté, fui al instituto. La gente actuaba normal, pero yo olía diferente. Algo no iba bien. El día transcurrió normal, como todos y no hubo cambios. Llegué a mi casa y mis padres no estaban. Tampoco me extrañaba, porque... ¡Yo que sé! Le podría haber dado un ictus a algún pariente mío y entendería que no dejasen ninguna nota encima de la mesa o por alguna parte de la casa. Seguía con ese nudillo en el cerebro que me anunciaba que algo no iba bien. 

Y cuando llegó la noche mis padres seguían sin aparecer. No me importaba, quería estar sola. Abrí un libro en blanco y empecé a escribir. Al poco de empezar mis padres regresaron. Una parte de mí se alivió, a la otra le daba igual. Mi preocupación seguía ahí. Cuando terminé de escribir me fui a dormir. Al día siguiente me desperté y el libro no estaba. Me dirigí al instituto y mi profesor de Lengua y Literatura me dijo:
 - Sabía que habías escrito algo. Llevaba toda la noche espiándote. Entonces, cuando te dormiste, entré a tu casa y te lo cogí. Lo leí y me abdució. Te voy a recomendar que sigas escribiendo. Cuando lo quieras publicar avísame. Y si quieres escribir algo en serio, yo te ayudaré.
 Yo sabía que me gustó su comentario. Lo que escribí se titulaba Un poco de... Da igual. ¿En qué me basé? En esta vida necesitamos un poco de "da igual". No todo es blanco o negro, existen las nubes grises y de colores. 

Cuando llegué a casa hice un blog y lo publiqué. Al día siguiente le dije al profesor que ya lo había publicado, pero más adelante él me dijo que no lo encontraba en las librerías. Yo le dije que siguiese buscando, que no se rindiese. Al final se rindió y ya no le importó mi relato. Y cuando llegó la noche mis padres se fueron a trabajar y yo me quedé sola. Fui a dormir, escribiendo antes unos versos en mi cuaderno en blanco:

Relájate inútil. 
No, inútil no... ineficaz.
La importancia recae en...
Da igual... tú disfruta.
Si rima que rime, si no será originalidad.
Si se alarga que se alargue, si no será brevedad.
No te preocupes... que da igual.
Da igual... no importa... da igual...

No será poesía, pero da igual. Para mí sí lo es y significa avance. 
Me dormí con la imagen de mis padres de verdad. Estos estaban anticuados, no me decían "te quiero". Pero yo sí me lo decía a mí misma."

Realmente, Miguel de Unamuno sí que me gusta. Es uno de mis favoritos, al igual que Federico García Lorca. El teatro me mata. 




martes, 26 de mayo de 2015

EL TIEMPO ES EFÍMERO

El tiempo es efímero. En eso estoy de acuerdo pero tampoco vale la pena martillarte con ese mensaje todo el tiempo, pero hay que tenerlo en cuenta... De verdad, es necesario vivir enterándote de las cosas que ocurren. Atrévete a considerarte un ignorante de la vida para poder aprender. Si tuviesemos el internet en la cabeza, no sé yo lo que nos quedaría por aprender... De lo que sí estoy segura es que cuanto más sepas, más ignorante te haces... Y llega el momento de publicar mi siguiente creación, El tiempo es efímero:

El tiempo es efímero.
Sintaxis, morfología, literatura...
La vida ronda la cultura,
pero la burbuja siempre... pero...
Y mis lágrimas esbozan una sonrisa,
pero la mía esbozaba lágrimas.
Me lo sé todo, pero estoy tan triste...
...por la prisa.
El tiempo es efímero.

No sabéis lo que significa la poesía para mí. Aunque sea mala... La evolución empieza cuando te aceptas a ti mismo... La escritura empieza a ser uno de mis hobbies favoritos, y no porque me guste, sino porque disfruto con ella. Una cosa es tener un gusto, otra una vocación.



lunes, 25 de mayo de 2015

UN POCO DE INTRODUCCIÓN Y PRÓLOGO

Estoy leyendo la saga lux. Es una saga juvenil que trata de una chica que se muda a un pueblo de EE.UU, en el que conoce a dos chicos extraterrestre... Una saga de lo más surrealista posible, pero a la vez innovadora e hipnotizadora. Todavía no he conseguido apartarme del libro. Parece que nos uniera una fuerza estática o algo por el estilo. Pero también hecho de menos la lectura de algún libro literario y no algo tan popular, tan de ficción. Me atraen los ensayos, el vivir de la vida, el sentido que tiene que estemos aquí en el mundo, que exista vida y muchas cosas más filosóficas. Pero, mi entusiasmo sobre la literatura y el lenguaje no ha disminuido. Al menos no ha disminuido.

Os animo a todos vosotros a que nunca dejéis la lectura y que, por muchos problemas que tengáis siempre sigáis adelante. En serio, merece la pena. Te acabas dando cuenta que no eres el único, que hay personas como tú en otra parte del mundo. Los libros ayudan a sentirte mejor, pero la realidad no cambia porque tú leas libros. Hay que evadirse, pero teniendo un ojo abierto. Saber que puede que me lea la gente me da esperanzas pero el mero hecho de que puede que no haya nadie leyendo también me frustra. Son sensaciones, suposiciones, y aquí queremos hechos y demostraciones. Mi demostración va a ser que me gusta más la literatura que las ciencias, aunque no lo aparente en mi escritura. Ya se verá a lo largo del blog.

domingo, 24 de mayo de 2015

HEROES

Y querer decir lo imposible... Me arrebataron las palabras, pero yo me negaba a hablar, porque no quería estar condenada, pero enmudecí, no me salían las palabras... Y pensar que el infinito es tanta materia que se convierte en nada... Ya decía yo que a esta vida le faltaba una pizca de sal.

Ayer vi ESC. A quién no lo haya visto le voy a chafar el final, ya me perdonaréis si podéis. Gana Suecia con la canción Heroes... ¡Pero ganó porque se lo merecía! Y España.... No hay palabras para describir la situación de España en el ámbito de la música. A veces los gustos de la gente me sorprenden, pero esta vez no creo que mi país lo hubiese hecho tan mal. La coreografía no estaba mal y el ritmo y la letra eran mejor que otros años. El héroe es el que nos hace triunfar. Aquí dejo el vídeo de Suecia: 



sábado, 23 de mayo de 2015

VIVIR SIN COLOR

Es mi primer día y esto requiere paciencia y tiempo. Me ceñiré a la respuesta de muchas reflexiones, que seguramente llegarán a esta duda: ¿Por qué he llamado a este blog de esa manera? Supongo que no es un título muy común, pero si significativo, simbólico, adecuado, elocuente... Porque me ha dado vida, me ha dado consuelo, alivio, concentración... En definitiva, es el último verso de una de mis creaciones, que es, sin duda, una de mis preferidas. Porque podrá existir la presunción, pero la autoestima es mucho más valiosa y optimista. Allá vamos con el poema:

El mar tiene una salida,
pero que se llama entrada.
El mar tiene una entrada,
de donde viene la vida.
Muerte, mar, vida, agua.
Fusión de agua dulce con agua salada.
  
No me preguntéis por el nombre del poema porque yo, autora de él, no tengo ni idea. Proseguiré con la alusión de mi querido relato Vivir sin color, con el cual obtuve el primer premio del concurso de relatos de la segunda categoría del I.E.S Ítaca (Zaragoza). Por eso me apetece mencionar y mostrar el relato con el que pude triunfar:

 VIVIR SIN COLOR
"El otro día miraba por la ventana, hacia el cielo. Estaba como siempre, azul con algunas nubes blancas y algunas nubes grises-eran las de la lluvia-. Pero, el sol no aparecía; eso era lo raro, que por mucho que lo buscase el sol no aparecía. ¿Lo taparía la luna? No lo sé. Ese día comprendí que los eclipses no son la causa de la ocultación del sol; somos los humanos los que queremos ver todo gris. Me empecé a dar cuenta de la realidad que nos envuelve: nosotros somos una burbuja que está rodeada de nubes grises, pero no porque sean grises, sino porque nosotros las vemos de ese color.

Le pregunté a mi primo, de cuatro años, de qué color era la nube. Él me respondió que de muchos colores. Yo le pregunté si destacaba alguno en concreto. Él me afirmó que se veían todos los colores menos el gris. ¡Y nosotros las vemos grises! ¿Será por eso que la humanidad carece de optimismo? Ahí comienza la realidad, la verdadera realidad. Cuando se es un niño, todo te parece alegre –mi primo me lo demostró-, pero cuando te vas haciendo cada vez más mayor y vas madurando, los adultos, incluso tus propios padres, te convencen de que hay cosas serias, que no todo nos puede parecer jauja. A partir de aquí te evades del yo y empiezas a ser un esclavo más: te han hipnotizado.

Bueno, pues el caso es que a mí no me pasó eso. Me sucedió todo lo contrario. Ese intento, esa iniciativa de absorber la mente me sirvió para madurar todavía más y darme cuenta de la situación del mundo. Pensé: “Nos estamos yendo del mundo”. Y así es, todos miramos a las nubes de la lluvia con un color gris, pero no de varios colores. Tenemos la mente tan cerrada, que no nos imaginamos la lluvia de color rosa o una nube de color verde fosforito, todo tiene que ser como fue en un principio, y tiene que ser así porque si no ya no viviríamos en la Tierra.

Ese día que miraba por la ventana salí a dar una vuelta. Me fui con la bici hasta el campo que hay al lado de mi casa y empecé a andar con el objetivo de llegar a la pradera y observar las nubes para imaginarme el mundo de otra manera. Cuando llegué a esa pradera, me tumbé en el suelo. Y ahí estuve, un rato largo. No conseguía ver lo que mi primo veía. ¿Por qué? ¿Lo pensaba demasiado? ¿También estaba yo hipnotizada? Entonces me dejé llevar. Notaba que la brisa me atravesaba todo el cuerpo y que, por alguna razón, las nubes me observaban. ¡Tenían ojos… y nariz… y boca! ¡Parecían humanos de aire! Todos iban vestidos de maneras diferentes. Entonces intenté hablarles, pero no me respondían; parecía que nos separaba una pared de cristal transparente, por la que se ve pero no se escucha. Decidí observarlos. Se movían irregularmente, vivían en un mundo anormal comparado con el nuestro. Todo les parecía bien: daba igual que tú fueses amarillo o azul o… gris. Todos te miraban con la misma cara simpática. Ese es el misterio de la subjetividad.

Cada vez se iban disipando más, hasta carecían de forma: todo abstracto y sin contorno. Por fin, se evaden del todo, se van… pero siguen. No sé por qué, pero permanecen y permanecerán para siempre… Después de un rato de pensar en esta extraña alucinación me di cuenta de que una mariposa se me posaba en la mano y me miraba fijamente, como desafiándome. Entonces le pregunté: “Y tú: ¿De qué color ves la nube?” Ella, como si no me oyese… se fue. Llegué a la conclusión de que la naturaleza no tiene un rumbo fijo, ni siquiera se da cuenta de sus acciones. Y qué casualidad, que todo lo que le pasa, le pasa para evolucionar. Nosotros actuamos como marionetas, como personajes que tienen un destino. Tú creas una película, y ahí está, te conviertes en el predictor del futuro. Tú sabes lo que va a ocurrir, y tus actores sólo son muñecos que cobran vida, porque tú les guías, les dices lo que tienen que hacer. Eso no es evolucionar, eso es pura dictadura, sin personalidades.

Llegué a casa tarde, sobre las doce de la noche, más o menos. Todo estaba silencioso, muy silencioso. Parecía que las palabras ya no querían formar parte de esta vida. Ya me lo demostraron las nubes: con observar basta. Y basta, porque lo entiendes, porque ese idioma no se pierde. Cuando me fui a dormir encontré una nota encima de mi cama en la que ponía: “¿Qué pasaría si vivieses pero… estuvieses muerto?” Ya lo entendía todo: nosotros estamos muertos. Sólo aquel que vive es el que siente la muerte, y el que la siente no vive, sino muere. Este es el único sentido de la vida: vivir y morir al mismo tiempo."